domingo, 29 de abril de 2012

Ud. qué Cree

¿QUÉ ES REALMENTE EL LLAMADO BONO DE 

ASISTENCIA?


Anteriormente habíamos analizado el tema comparativo entre condiciones laborales de las naciones de España y Colombia, en la que veíamos el profundo problema de los salarios.  En dicha reflexión nos faltó mencionar lo que encarna la piedra angular del tema, que deja a la empresa AST GRUPO Pereira en una condición privilegiada y por encima de la mayoría de empresas que operan en Colombia; y es precisamente, estar en una ZONA FRANCA PERMANENTE ESPECIAL. Gozan de inmunidad tributaria. Para pagar aranceles e impuestos gubernamentales están exentos, es decir, que los colombianos en cabeza del gobierno no obtenemos ningún patrimonio por impuestos  y regalías al estar funcionando dicha empresa en nuestro territorio. Y esta no es quizá la arteria principal que estimula a los inversionistas extranjeros, es esencialmente la mano de obra despiadadamente barata y calificada. Quienes, así mismo, se ufanan de decir que los pereiranos trabajan en suelo español, pero con sueldos de colombiano. Ahora, por el momento, dejemos el asunto y vamos a reflexionar sobre el  mal llamado bono de asistencia; una desgracia funesta. 

Para una persona normal sumergida en la desesperanza por sus condiciones laborales y económicas, quién siempre quiso superarse y procurarse una profesión para mejorar su situación de pobreza, siempre es para ella, un privilegio contar con la mano generosa de AST GRUPO Pereira, quién le ofrece $ 100.000 por pura y sincera caridad. Mofándose orgullosamente por tan generosa obra, AST GRUPO Pereira ve que esto es una gran bendición  para este humilde trabajador. El solo hecho de que cada mes obtiene $ 100.000 de "obsequio" por ser cumplido y puntual es, en últimas, motivo de orgullo corporativo, es una hazaña quijotesca. Pero por fortuna para AST GRUPO Pereira e infortunadamente para un trabajador,  esto se transforma en una arma de doble filo.  No solo pertenece al género de la caridad, la misericordia y  la compasión que incita y estimula al necesitado jornalero. No recompensan su esfuerzo, inteligencia, dedicación o estudio, se gratifica y se premia el hecho de "no enfermarse o contraer una calamidad doméstica".


 Es un bono de asistencia que promueve paradójicamente la lástima, pero más allá de ello es un hecho contradictorio, es la cruz que carga el sumiso, en el trasfondo de una danza macabra entorno a la humanidad del asalariado. Sí. En el momento que un trabajador por obra del azar caiga en desgracia, se le suma una nueva fatalidad; no tiene ni la más mínima posibilidad de contar con tan honroso presupuesto. El trabajador queda automáticamente condenado a padecer la injuria de la naturaleza y la infamia empresarial. Jamás se puede enfermar, ya que aparte de los malestares del cuerpo, queda la amargura de perder, como hijo bastardo, el privilegio de estar entre los que reciben una bendición económica. Si inventaran una cura para la enfermedad, esa sería el bono de asistencia, garantiza la inmunidad al dolor y al padecimiento, ya enfermarse no es un derecho, es una inmoralidad. Esto es, lo más deshonesto y deshonroso de un plebeyo, querer fingir que se enferma. Es así como una empresa, aparte que nos viene a calmar el hambre, viene también a curarnos de la enfermedad y el dolor. Le inventa una enfermedad al trabajador para garantizar su presencia y su acción. 


En caso tal que padezca algún malestar, su enfermedad viene por partida doble. Y doble es la intencionalidad del bono de asistencia, sirve para intimidar y entusiasmar, para amenazar y alabar, para desafiar y deslumbrar, si sirve hasta para liquidar. En ningún caso las prestaciones sociales del obrero cuentan como fundamento el bono de asistencia, sino su salario básico-elemental. Que estrategia tan bien orquestada; el humano trabajador es ya una humana máquina. Ni siquiera tiene el privilegio de gozar de un botiquín. Solo resta decir que su enfermedad o calamidad cualquiera que esta sea tiene un precio: el bono de asistencia. ¡qué maravilla! Temerosos hemos caído en un juego psicológico sin tregua, siempre, el bono de asistencia va a representar el mecanismo de defensa, la bandera de lucha de AST GRUPO Pereira para dominar y doblegar los ánimos. Quién con su política nos condena a desafiar el propio destino no por dinero, sino por necesidad. Nos preguntamos si estas medidas son arbitrarias e inconstitucionales o por el contrario se amparan en principios legales y legítimos. Lo ignoramos. 


 Por último, queremos dejar en claro, que no defendemos la holgazanería, la irresponsabilidad  o la negligencia de una mínima parte de trabajadores, que quieren justificar su comportamiento narcisista con acciones de pretensiones públicas. Solo queremos, dentro de nuestras pretensiones, demandar una justicia laboral marchitada. 

1 comentario:

  1. Felicitaciones por estos espacios, esperemos que mas personas participen.

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